El fútbol es un deporte en el que 22 hombres, vestidos con un pantalón corto, medias, botas y alguna que otra cinta para el pelo, corren detrás de una pelota. Y tres árbitros, con su camiseta amarilla tan característica, los siguen atentos con banderines y un pito como elementos de apoyo. A bote pronto, suena a pitorreo, nunca mejor dicho. Incluso, esta descripción puede que haya salido de la boca de alguien que no estima mucho este deporte (no es mi caso). Posiblemente, resulta, además, despectivo, provocador, y malsonante. No a todo el mundo le gusta el balonpie, aunque los medios se empeñen en meterlo con calzador en algunas ocasiones, pero cuando de un año para otro te encuentras que este evento celebrado a cada dos semanas se convierte en un filón a nivel económico y el nombre de tu localidad se refleja en los medios nacionales, redes sociales, foros, en general, atrayendo un público de un sector diferente y dejando como poso una publicidad extra, esas dos horas de partido, que se prolongan a lo largo y ancho del día e, incluso, el fin de semana entero, se engalana en una fiesta cordial y apasionante, donde el deporte es tan solo una excusa para pasarlo bien y conocer a otras personas venidas de otras partes de España. Que se lo digan a Almendralejo.
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Aficionados visitantes en la previa de un partido de fútbol |
El club profesional de la liga 123, no solo se ha convertido en una de las empresas con más trabajadores de la ciudad, sino que de manera indirecta está depositando euros en la cuenta corriente de los empresarios de la zona y en la de bastantes jóvenes que son contratados en estos días "festivos" para atender la demanda. Todos los días de fútbol, los bares se llenan de hinchas, curiosos, y gente que disfruta solo con el buen ambiente que se vive en las calles, y es que la localización del estadio Francisco de la Hera es propicio para ello. De este turismo, bien llamado deportivo, también se lucra la hotelería, ya que tantos los clubes visitantes, como algunos aficionados más fieles o, simplemente, interesados en la cultura de la zona, se instalan ya sea en Mérida o en la propia capital de Tierra de Barros para aprovechar el tiempo, y disfrutar de los monumentos más representativos de dichas localidades. Además, llegan muchos aficionados al equipo local desde multitud de puntos de la región de Extremadura que enmarca al evento como uno de los más numerosos de la comunidad. No en vano, en él se concentran más de 10 000 personas en cada partido.
Este fin de semana se esperan más de 500 cordobeses en Almendralejo. Y el buen ambiente está asegurado. Es más, se complementará con otras actividades paralelas, como la carrera de la mujer, que dejará, a buen seguro, una buena estampa. Dicen que el encuentro es una final, pero de lo que sí se está claro es que Almendralejo gana, sea cual fuere el resultado. A fin de cuentas, el deporte y el turismo se cogen de la mano, y ¿acaso no hay nada más bonito que una historia de amor?.
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